domingo, 30 de octubre de 2011

NIEMEYER, SOLO TRAE BENEFICIOS


Al menos en algo están todos de acuerdo: el Centro Niemeyer ha cambiado la vida de una ciudad que vendía acero y ahora quiere vender cultura, como hizo Bilbao, y, a priori, nadie quiere su cierre. Pero un tira y afloja político pone en duda el futuro del nuevo icono de Avilés, ciudad industrial asturiana castigadísima por la reconversión. ¿Qué ha pasado para que las instalaciones que Woody Allen inauguró con su clarinete en marzo puedan cerrar el 15 de diciembre?

A PONER DE ACUERDO:

El Gobierno del Principado denunció irregularidades en las cuentas del centro y lo hizo directamente ante los medios de comunicación.

La Fundación Niemeyer –responsable la gestión de actividades y los recursos económicos, públicos y privados- sólo tiene autorización para usar el suelo donde se asienta el centro (propiedad de la Autoridad Portuaria avilesina y las administraciones local y regional) hasta esa fecha.

El anterior Ejecutivo regional (PSOE), que también tiene que dar su visto bueno, aprobó ampliar la cesión hasta un préstamo del terrero de 50 años. Ahora, el presidido por Francisco Álvarez Cascos (Foro Asturias) no reconoce como legal ese acuerdo, que entró en vigor tras las elecciones, con el Gobierno ya en funciones.

La programación del centro también ha sido el tercer frente de la polémica. El consejero de cultura de Álvarez Cascos, Emilio Marcos Vallaure, que cree que un cierre "temporal" no sería positivo pero tampoco "dramático", afirmaba este viernes en conversación telefónica que no es el momento de hablar de cuál debe ser el contenido del centro

Ni siquiera la cafetería, la tienda de regalos, o la coctelería -el restaurante ya está cerrado-, ni la única sala con cine en versión original de Asturias podrán seguir abiertos. El cierre será total a partir del 15 de diciembre si las partes no acuerdan una prórroga sobre la cesión de los terrenos.

Bueno habrá que hacer que el Gobierno Central y el autonómico lleguen a un acuerdo. Una auditoría externa aclararía todo. Hacer un nuevo contrato y que la Fundación asuma responsabilidades.