La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha hecho públicos esta mañana unos datos de emisiones de CO2 relativos a 2010 que convierten en papel mojado los moderados objetivos de reducción de gases alcanzados a duras penas en las maratonianas cumbres de Copenhague en 2009 y Cancún el año pasado. El mundo lanzó a la atmósfera el año pasado una cantidad desconocida hasta ahora de dióxido de carbono: 30.6 gigatoneladas (Gt) de CO2, un 5% más que en 2008, el anterior récord histórico, con 29.3 Gt.
La cifra se acerca peligrosamente al tope de 32 Gt que la comunidad internacional estableció para el año 2020 como condición imprescindible para impedir que las temperaturas crezcan más de dos grados de media en 2050 con respecto a los niveles de la era preindustrial. Un escenario que, a la luz de los datos conocidos hoy, parece irrealizable.